sexta-feira, 25 de junho de 2010

Em dez anos, os edifícios produzirão mais energia do que consomen

Caros,

Em 1996, fiz o Master en Tecnologías Avanzadas en Construcción Arquitetónica, na Escuela Técnica Superior de Arquitectura da Universidad Politécnica de Madrid. Para o título de Master, era necessário a conclusão de dois cursos de especialização, Edifícios Inteligentes e Arquitectura Bioclimática.

Minha motivação inicial era o primeiro curso. Mas um professor, o coordenador do outro curso, me fez perceber que, para se fazer um edifício inteligente, é necessário, na verdade, uma arquitetura inteligente, e é disto que se tratava a Arquitetura Bioclimática. Exigente, extremamente técnico e preciso, o professor Javier Neila González é um dos responsáveis por eu ter seguido este caminho em minha carreira profissional e acadêmica.

Hoje, dirijo o primeiro curso de graduação em arquitetura do Brasil a ter ênfase em sustentabilidade das construções e ministro cursos abertos em todo o Brasil, buscando trazer para a formação de nossos arquitetos um pouco do que aprendi, neste caminho que comecei trilhar a partir das aulas do prof. Javier.

Reproduzo a seguir entrevista publicada esta semana em um jornal da Galícia, na Espanha, com o professor Javier Neila González.

Para el maestro, con cariño. Gracías, professor.Antonio Macêdo Filho

"En diez años los edificios producirán más energía de la que consuman"
Francisco Javier Neila González - Arquitecto, catedrático de la Politécnica de Madrid


El experto inauguró ayer en Pontevedra un curso sobre construcción de ecoviviendas

Francisco Javier Neila (Madrid, 1953) es arquitecto y catedrático de Construcción y Tecnología Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Autor de más de veinte publicaciones sobre arquitectura bioclimática, es responsable de varios proyectos pioneros en España y ha registrado varias patentes de ecoconstrucción.

Por Susana Regueira, Pontevedra (Galícia, Espanha)
Un centenar de alumnos, en su mayoría arquitectos, participa desde ayer en el monográfico sobre construcción de ecoviviendas que celebra en Pontevedra el proyecto Ecoinnova Construcción, financiado por el Fondo Social Europeo. Francisco Javier Neila, uno de los principales especialistas españoles en bioconstrucción y uno de los investigadores que desarrolló, por ejemplo, la primera cubierta ecológica del pais, fue el encargado de inaugurar el curso y hablar de tecnologías ambientales e innovaciones que permiten ahorrar al menos un 20% de la energía que empleamos en nuestras casas a diario.

– Ecoviviendas, viviendas bioclimáticas, sostenibles... ¿Aluden esos conceptos a alguna construcción en concreto o son en realidad términos difusos?

– Tienen bastante de término difuso, son términos en los que se vincula a la vivienda con conceptos como ecológico, bioclimático, sostenible etc. pero en realidad todos tienen a una misma base. Esta mañana (por ayer) empecé el curso hablando de esto, de que da igual el término porque lo que interesa es el tema del medio ambiente, de los recursos, de los materiales..., hablar de ecovivienda o de otro término en ese sentido no es importante pero sí lo es el modo en que ese concepto llega a la gente: si le llega más la idea de ecovivienda pues perfecto. En general se busca que relacione esa idea con una vivienda respetuosa con la naturaleza, con los equilibrios ecológicos etc.

– Edificios bien orientados, que ahorren materiales y energía, no supongan un desperdicio de recursos. Da la sensación de que en este tema casi todo lo ha inventado y sólo queda recurrir al sentido común.

– Pues sí, de hecho es algo que también comento: todo está inventado y lo único que hay que hacer es recuperar esas ideas que estaban ya en la arquitectura popular, en las tradiciones y que nos lleva a utilizar las cosas con más sentido común y lógica, a usar los materiales más adecuados (cercanos, que no se agotan, que no tienen contaminantes, no afectan a la salud de las personas). Es, efectivamente, una vuelta al sentido común pero tampoco nos podemos quedar sólo ahí o estaríamos atrasados con respecto a lo que la ciudadanía nos está demandando. Ella demanda un tipo de producto que se adapta a nuevas exigencias, que es mucho más riguroso y complejo. Sobre esa base tienen que aparecer nuevos materiales, nuevas tecnologías, nuevos conceptos y soluciones.

– ¿Hablamos de una construcción ya implantada o que lo hará a medio plazo?

– Ya está implantada pero no extendida, conocimientos técnicos y soluciones tenemos, lo que no está es extendida. No es algo con lo que estemos experimentando sino algo ya desarrollado, es más, ahora mismo todos, todos los edificios podrían ser absolutamente sostenibles.

– ¿Por qué no se lleva a la práctica?

– Por factores como que no es algo que la sociedad esté demandando de una forma genérica porque a lo mejor le supone un cierto sobrecoste inicial, porque el constructor no está acostumbrado a esa forma de trabajar y es muy reticente a los cambios de modelos. Todo ese tipo de factores hace que no se extienda pero el conocimiento y la aplicación existen.

– ¿Cuánto puede ahorrar una familia si se decanta por este tipo de construcción?

– Depende, podría decirle que el porcentaje podría ser del 100%. De hecho dentro de muy poco (en toda Europa será a partir de 2020) todos los edificios que se hagan tendrán que ser de energía cero, por lo tanto el ahorro debe de ser del 100%, en diez años los edificios producirán más energía de la que consuman. Eso va a ser dentro de nada, una década no es nada, pero hoy en día la capacidad de ahorro puede ser del 10%, 20% o 30% sólo si mejoramos las orientaciones, incidimos más en el aislamiento etc. A nada que hagamos un poquito más y lo hagamos un poquito mejor la mejora puede ser enorme, pero de entrada le diría que un edificio bioclimático nunca debería bajar de un 50% de rendimiento.

—En sus investigaciones y estudios está muy presente el concepto de “rurbano”, ¿a qué alude?

—Es una combinación entre lo rural y lo urbano, una especie de mezcla entre ambos entornos, el natural y lo construido, donde está la ciudad, porque pienso que tienen que combinarse y me gusta hablar de “renaturación”, de volver a meter la naturaleza en la ciudad poco a poco a través de las cubiertas, las fachadas, la propia trama urbana, la red de parques etc.
–¿A Pontevedra le queda en ese sentido mucho por avanzar?
– (Risas) Si, igual que hay que avanzar mucho en Vigo, en Madrid y en todas partes, ninguna ciudad podemos considerar que tiene un nivel de ventaja... En ciudades de tamaño medio como Pontevedra es más fácil crear ese tipo de estructura más favorable pero eso exige ya una fuerte impronta del poder político, tienen que estar ayuntamientos, diputaciones o comunidades que tengan vocación e interés porque hay que invertir dinero, convencer de que es posible, implicar a la financiación privada etc. En general nos queda mucho.

– Ha desarrollado tejados-jardín, ¿cómo son esas cubiertas pioneras?

– La naturaleza se incorpora en el punto más sencillo que son las cubiertas, que podrían ser todas vegetales, en las ciudades podríamos tener la naturaleza en las cubiertas dado que la presión del tráfico impide que la tengamos en las calles. Son cubiertas sin mantenimiento, hay vegetación pero no hay que cuidarla ni regarla o reponerla, ya que se elige la planta y el sistema constructivo adecuado. Se recoge el agua que se devuelve a las plantas para el riego y ahora mismo lo que intentamos es abaratar su precio, que baje radicalmente para que se pueda extender el uso y no sea algo sólo para edificios emblemáticos. Y además queremos que sea un sistema que venga completamente prevegetado, lo que evitaría esperar a que crezcan las plantas. Lo que buscamos es que desde el primer día que se use la cubierta ya esté vegetada y lista para usar, esa es la mayor innovación que estamos incorporando en cubiertas.

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